Los ministros de Economía y Finanzas del G-8 (los siete países más industrializados del mundo más Rusia) expresaron ayer su "confianza en el potencial" de la economía mundial a pesar del riesgo de recesión y la amenaza de deflación que pesan sobre ella. Reunidos desde el viernes en Deauville (oeste de Francia) los ministros de Alemania, Canadá, EEUU, Francia, Italia, Japón, Gran Bretaña y Rusia insistieron, no obstante, en la necesidad de seguir privilegiando las reformas a medio plazo.

Aunque "algunos riesgos mayores se han disipado, nuestra economía sigue enfrentada a numerosos desafíos", reconocieron en el comunicado final. Lo que no les impide afirmar su "confianza en el potencial de reafirmación del crecimiento económico mundial", sin necesidad de aplicar políticas específicas para incentivar la recuperación. El secretario del Tesoro de EEUU, John Snow, fue crítico con esa apreciación en declaraciones a los periodistas tras la reunión: "El crecimiento en las grandes economías no es el que debería ser. Y tenemos que hacer más para asegurar una recuperación robusta".

REFORMA

La conclusión para Europa es que debe seguir "acelerando las reformas del mercado del trabajo, de los productos y de los capitales para llegar a una economía más flexible". Curiosamente, en la versión francesa de la nota, la flexibilidad económica.

EEUU debe, por su parte, intensificar la acción "para crear empleos y para alentar el ahorro", mientras que se recomienda a Japón que "continúe sus reformas estructurales e intensifique sus esfuerzos para combatir la deflación". Canadá debe "mantener una política monetaria prudente y equilibrar sus finanzas públicas" y Rusia "seguirá con las reformas estructurales, en particular las financieras".

Aunque ausente del comunicado final, el delicado tema de la depreciación del dólar estuvo también en el centro de las discusiones del encuentro. El comisario europeo de Economía, Pedro Solbes, reconoció tal extremo antes de que se iniciaran las reuniones oficialmente.

LA DEUDA DE LOS POBRES

Durante el encuentro, celebrado en medio de grandes medidas de seguridad, los ministros de los países ricos trataron asimismo del problema del desarrollo y la pobreza en el mundo. El G-8 recuerda que "la cuestión de la deuda de los países pobres y muy endeudados es objeto de una iniciativa internacional". Piden, además, al Club de París que utilice la metodología de examinar "caso por caso".

Los ministros llegaron también a un acuerdo para aplazar hasta finales del 2004 el inicio del reembolso de la deuda de Irak. Según precisó el secretario americano del Tesoro, John Snow, "no se puede esperar que Irak pague durante un tiempo".