La decisión de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) de aprobar, con condiciones asumibles, la opa de E.ON sobre Endesa ha dejado a Gas Natural sin posibilidades de hacerse con el control de la primera eléctrica española. Tanto es así que la compañía gasística catalana ya trabaja en la retirada de la oferta que presentó sorpresivamente el 5 de septiembre del 2005.

Aunque un portavoz de Gas Natural descartó ayer que la compañía esté preparando la marcha atrás, otras fuentes reconocían que los requisitos impuestos por la CNE a E.ON dibujan un escenario muy distinto del anterior.

Ahora ambas quedan en pie de igualdad, y deberían desprenderse prácticamente de los mismos activos medidos en valor de venta. A la alemana se le exige enajenar centrales nucleares y de carbón por valor de 7.000 y 9.000 millones; mientras que la gasística debería deshacerse de capacidad de producción eléctrica y de gas por unos 9.000 millones.