Hace apenas tres días que el Hypo Real Estate se convertía en el primer banco privado alemán en acogerse al plan de rescate del Gobierno alemán, y ya tiene quien le siga. Se trata de uno de los grandes, el Commerzbank, la segunda entidad financiera del país, que recibirá una inyección de capital de 8.200 millones de euros, así como garantías estatales hasta el 2012 para emitir deuda por valor de 15.000 millones. Además, a última hora de ayer, se conoció que el HSH Nordbank, una entidad pública regional especializada en financiar la construcción de barcos, se unía también al grupo de bancos que han recurrido al plan de rescate, al pedir 30.000 millones.

A cambio de la inyección pública, el Commerzbank deberá cumplir las condiciones impuestas por el Ministerio de Finanzas. Esto significa que no repartirá dividendos ni pagará bonos a sus directivos en el 2009 ni en el 2010. Además, los altos cargos no podrán cobrar más de medio millón de euros anuales.

El presidente del Commerzbank, Martin Blessing, defendió ayer su decisión, alegando que recurre al programa "con el fin de fortalecer la base del capital". Con la ayuda, el "Commerzbank asegura su competitividad". Lo cierto es que la crisis financiera se ha dejado notar más de lo esperado en la entidad, que ayer reconoció pérdidas netas de 285 millones de euros en el tercer trimestre. Los datos contrastan con los 339 millones de beneficios obtenidos en el mismo periodo del año anterior. Blessing dejó claro que el Estado no tendrá influencia en la estrategia operativa de la entidad.