Las reflexiones del gobernador del Banco de España sobre "el problema" de sostenibilidad del sistema público de pensiones y la necesidad de una reforma ha levantado ampollas en el Gobierno y en los sindicatos. Sin disimulos, el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, cargó ayer contra el rigor de Miguel Angel Fernández Ordóñez, de quien dijo que no sabe "de dónde saca" los datos que le hacen pensar que este año la Seguridad Social puede acabar con déficit.

Las reflexiones del gobernador solo encontraron apoyo en los dirigentes del PP y de CiU, Mariano Rajoy y Josep Antoni Duran Lleida, quienes pidieron la convocatoria urgente del Pacto de Toledo para abordar la reforma del sistema de pensiones.

Corbacho llegó incluso a decir que no sabía si las previsiones de Fernández Ordóñez "son una predicción o un deseo" y afirmó que "con los datos de la Seguridad Social, de ninguna manera" se llegaría a déficit este año. "Me gustaría que fuera la última vez que tuviera que discrepar con el Banco de España", añadió el ministro. Corbacho reprochó al gobernador que cause "inseguridad sobre un tema que es seguro" y le aconsejó que, en lugar de opinar sobre estas cuestiones, analice el sistema financiero. El ministro de Fomento, José Blanco, dijo que ampliar la edad de jubilación --como defiende Fernández Ordóñez-- "no es el debate actual".

"VANIDAD Y FANATISMO" Mucho más duros fueron los líderes sindicales de UGT, Cándido Méndez, y de CCOO, Ignacio Fernández Toxo. Méndez criticó "la vanidad personal y el fanatismo ideológico" del gobernador y opinó que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, "debería decirle algo". "Con amigos como estos, quién quiere enemigos", añadió Toxo.

Los representantes de las organizaciones empresariales fueron sin embargo más comedidos. El secretario general de la CEOE, José María Lacasa, defendió tratar "con sumo cuidado" y evitar "palabras fuertes" en el debate sobre las pensiones, y el presidente de Cepyme, Jesús Bárcenas, expresó su preocupación por los "alarmismos".

Fernández Ordóñez fue propuesto para el cargo en el 2006 por el entonces vicepresidente Pedro Solbes, con quien fue secretario de Estado de Hacienda. Ambos han coincidido siempre en su preocupación por las cuentas públicas y las reformas necesarias para la economía. La diferencia es que la independencia institucional del gobernador le ha permitido mayor libertad en la expresión de sus ideas, que siempre suscitan polémica, como las relativas a la necesidad de una reforma laboral.