Tras una semana de fuertes ataques a la economía española, se esperaba del Gobierno un golpe de efecto capaz de convencer a los mercados de que España está dispuesta a hacer lo que sea necesario para reducir su déficit público y que, por lo tanto, no hay lugar para los especuladores. La gran expectación ante el Plan de Austeridad del gasto que iba a aprobar el Gobierno se vio desinflada ayer cuando se conoció que apenas va a producir un ahorro de 16 millones de euros al año.

Con todo, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, tildó de "rotunda" la decisión del Gobierno de ahorrar con la reducción de 33 altos cargos, 29 empresas públicas y 450 consejeros y 80 directivos de estas. La vicepresidenta económica, Elena Salgado, dijo, más modesta, que el ahorro no era lo más importante, sino el logro de una "mayor eficiencia" en el sector público.

El plan elimina una secretaría general, 18 direcciones generales y 14 organismos autónomos con rango de dirección general. No se suprime ningún ministerio, como quiere la oposición. El recorte de alguna secretaría de Estado (dos o más) se deja para cuando acabe la presidencia de la UE. Sobre 343 altos cargos el recorte afectará a "algo más del 10%", calculó De la Vega.

EMPRESAS ESTATALES La segunda pata del plan afecta a las empresas estatales, que pasarán de 106 a 77. Se fusionarán 24 (quedarán en nueve) y se extinguirán otras 14. Las fusiones afectan sobre todo a sociedades de aguas y de infraestructuras agrarias. Las extinciones, a empresas de poca actividad heredadas de la reconversión. El ajuste no afectará a sus casi 100.000 trabajadores.

De la Vega enmarcó el ahorro de 16 millones de estas medidas dentro del ajuste mayor que se busca en los gastos de personal. La vicepresidenta cifró en 300 millones el ahorro anual que proporciona el cubrir solo uno de cada 10 bajas en el sector público, y elevó a 1.000 millones su efecto en cuatro años.

"Vamos a cumplir con el objetivo de reducir el déficit público al 3% (del PIB) en el 2013", remachó De la Vega. El programa diseñado por el Gobierno para lograr este objetivo incluye un recorte total del gasto de más de 55.000 millones. El plan de ayer aporta una gota de 16 millones.

Fuentes del Gobierno explicaron que es el mismo plan que se hubiera aprobado "hace tres semanas", antes de los ataques especuladores que han llevado el diferencial de la deuda española frente a la alemana al nivel más alto desde el inicio del euro.

El golpe más duro de esta semana fue cuando la agencia Standard & Poor´s rebajó un escalón la nota de la deuda pública (de AA+ al nivel AA), metiendo a la economía española en el mismo saco de desconfianza en el que un día antes había metido a Grecia y Portugal. Ese fue el detonante que llevó a voces muy cualificadas del mundo económico a pedir al Gobierno que actúe "ya", con un programa "creíble". Lo hizo el Banco de España, el comisario europeo Joaquín Almunia, y representantes de la gran banca, de multinacionales y de escuelas de negocios, entre otros.

OIDOS SORDOS Pero, a la luz del corto alcance del plan aprobado ayer, el Gobierno parece hacer oídos sordos a estas presiones. "No actuamos en respuesta a lo que las agencias de calificación nos digan", dijo Salgado. Para la ministra, lo importante es explicar los sanos fundamentos de la economía española y la determinación del Gobierno para acometer reformas. Cree que la inestabilidad de los mercados no tiene su "causa fundamental" en España, sino en "la no resolución completa, por el momento, del problema de Grecia".