Los ministerios de Medio Ambiente y de Economía y Hacienda estudian "un mayor gravamen en el uso del coche, en particular de los más contaminantes", según anunció ayer la titular de Medio Ambiente Cristina Narbona. "Vamos en esa dirección, como hacen otros países de la Unión Europea", añadió.

Narbona se refirió a "la moda de los todoterreno, que lleva asociada una contaminación más intensa". El impuesto será sobre el vehículo, y gravará a los más contaminantes, como los diésel o todoterreno (4x4), para desincentivar su compra y reducir las emisiones de gases y la contaminación en la ciudad.

El diésel concentra el 70% de las ventas de turismos en España, que en el 2005 fueron de 1.528.849 coches, el 0,8% más que el 2004. La venta de todoterrenos crece. El año pasado se vendieron 120.443 unidades, el 22% más que en el 2004.

NADA CONCRETO Todavía no hay cifras sobre la cuantía del gravamen. Fuentes del Ministerio de Economía y Hacienda aseguraron que "no hay medidas ni decisiones concretas". Cualquier decisión de este tipo se enmarcaría en la nueva fiscalidad medioambiental que el Gobierno quiere impulsar en paralelo con las reformas del IRPF y del impuesto sobre sociedades. Existe un grupo de trabajo, con representantes de Hacienda y de Medio Ambiente, para abordar la llamada reforma fiscal verde, pero por el momento, "no hay ninguna medida decidida", aseguran en el departamento del vicepresidente Pedro Solbes.

La patronal de fabricantes de automóviles y camiones (Anfac) expresó su "total desacuerdo y gran preocupación". Para Anfac, "no es adecuado que en un país productor de automóviles se grave con un impuesto adicional la compra de automóviles nuevos y, menos, que este impuesto, cuya eliminación ha sido recomendada por la Comisión Europea, se pueda aumentar".

INDISCRIMINADO Para el secretario general de la Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto), Blas Vives, de llevarse a cabo la propuesta de la ministra Narbona "debería establecerse sobre bases sólidas y objetivas y no sobre determinados modelos. Sería necesario realizar estudios concretos que determinaran los vehículos que más contaminan pero no aplicarlo indiscriminadamente sobre los automóviles diésel y 4x4". Según Faconauto, "si se establece esta nueva carga medioambiental debería suprimirse el impuesto de matriculación, como planteaba la UE, porque no sería lógico penalizar el coche con un doble gravamen".

La Federación de Consumidores en Acción (Facua) juzgó "razonables" los posibles cambios fiscales para los coches, pero demandó que las medidas para reducir la contaminación también afecten a las industrias.