Con una de cal y una de arena, como suele suceder en los procesos negociadores, el Gobierno consiguió recomponer ayer el diálogo social y devolverlo al momento anterior al jueves pasado, cuando parecía que todo estaba perdido.

En una reunión de trabajo tripartita, el Gobierno se mostró dispuesto a estudiar tanto una rebaja de cotizaciones sociales superior a los 0,5 puntos ofertados hace 15 días, como una ampliación a 12 meses de la prestación de los parados que hayan agotado el seguro de desempleo (el Gobierno había ofrecido 420 euros durante seis meses). Todo ello, dentro de los márgenes que permitan garantizar la sostenibilidad de las cuentas de la Seguridad Social, sin alterar su superávit, y con carácter transitorio, según fuentes cercanas a la negociación. Oficialmente, nada de esto trascendió.

La reunión se celebró en unas oficinas de la Seguridad Social (los medios de comunicación esperaban que la reunión se celebrara en la Moncloa), a la que acudieron representantes de segundo nivel de CEOE, Cepyme, UGT y CCOO. A su término, emitieron un comunicado conjunto. "El Gobierno y los interlocutores sociales reafirman su voluntad de seguir avanzando en la negociación de un acuerdo que responda a las necesidades tanto coyunturales como estructurales de la economía", decía.

Aunque parezca retórica, no es poco que las tres partes hayan vuelto a la mesa de negociación. El jueves pasado, cuando CEOE planteó su "contrato del siglo XXI", con una indemnización por despido de 20 días, y una rebaja de cinco puntos en las cuotas sociales, el desencuentro con Gobierno y sindicatos fue total.

Ayer, según fuentes de la negociación, el Gobierno marcó las líneas rojas del diálogo social: no habrá abaratamiento del despido y no habrá una rebaja de cinco puntos en las cotizaciones sociales, porque eso sería inasumible por las cuentas públicas, como ha dicho estos días de atrás el ministro de Trabajo Celestino Corbacho. Pero al mismo tiempo, el Gobierno (representado por el jefe de la Oficina Económica de la Moncloa, Javier Vallés, y altos cargos de Trabajo) mostró cintura.

El lunes habrá otro encuentro con el objetivo de llegar a un acuerdo "antes de las vacaciones de agosto" para impulsar la actividad y el empleo, y reforzar la protección social, según Trabajo. La negociación vuelve a los "perímetros iniciales", lo que supone que no habrá reforma laboral y que no se modificará la contratación, ni el despido, afirmó el secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer. "Ha ido razonablemente bien", resolvió el secretario de comunicación de CCOO, Fernando Lezcano.