El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, y algunos dirigentes del PSOE arremetieron ayer contra la propuesta de abaratar el despido lanzada por la CEOE y por el Gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez. Fue una ofensiva coordinada aprovechando los distintos actos a los que asistieron en Galicia, Jaén, Málaga y Sevilla, que sirvió también para responsabilizar al PP de estar detrás de este intento de reformar el mercado laboral.

En un mitin en A Coruña, Zapatero, fue contundente al afirmar que "pierden el tiempo" quienes reclaman que se facilite el despido para que los empresarios pierdan el temor a contratar. Primero fue la CEOE, que insinuó varias veces la medida. Luego, la Confederación de Empresarios de Madrid (CEIM) propuso un contrato de crisis con una indemnización por despido de 20 días por año trabajado. Remató el Gobernador del Banco de España, aconsejando el recorte de estos costes dentro de una reforma laboral más profunda.

A todos ellos y a los miembros del PP como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que se habían mostrado de acuerdo con poner en práctica el recorte, Zapatero contestó que no lo va a hacer "bajo ningún concepto".

MAS POLITICAS SOCIALES La receta del presidente sigue siendo que, "en situaciones de crisis, es cuando son más importantes las políticas sociales". Zapatero volvió a las tesis clásicas de la izquierda, para que "los que tienen poco" mantengan los mismos derechos que los que tienen mucho, y aprovechó para acusar a la derecha de querer congelar pensiones, dedicar menos dinero a sanidad y educación y facilitar el despido, porque "no les importa nada la gente más humilde". El mensaje de Zapatero fue claro: "No fallaremos a los trabajadores de este país" y, por lo tanto, seguirá mejorando la protección por desempleo, las pensiones y el salario mínimo, informa Fidel Masreal.

En Jaén, Corbacho avisó de que, si la patronal insiste en abaratar el despido, puede quedar afectado el diálogo social. El ministro aludía a que ni el Gobierno ni los sindicatos aceptarían la propuesta de los empresarios y el proceso podría quedar encallado. El ministro entiende que cuando el paro aumenta en casi 200.000 personas al mes lo lógico no es incentivar la extinción de los contratos, sino impulsar el empleo. A su juicio, los empresarios no contratan porque no puedan despedir fácilmente, sino porque se contrae el consumo y se ajusta la producción.

RIGIDEZ LABORAL Además, Corbacho descarta que el mercado laboral español sea tan rígido como dice la patronal o Fernández Ordóñez, ya que se han destruido un millón de puestos de trabajo en un año. En cualquier caso, pidió a la CEOE "responsabilidad" y una "reflexión más serena y de más largo recorrido".

El portavoz del PSOE en el Congreso, José Antonio Alonso, también descartó ayer "decretazos y abaratamientos del despido" en un acto en Málaga para apoyar la campaña Entre todos podemos . Alonso criticó que al PP "el empleo no le importe nada" y que tenga un programa "oculto claramente antisocial" que implica la revisión del mercado laboral y el despido barato.

En Sevilla, el presidente de la Junta andaluza, Manuel Chaves, acusó al PP de "utilizar" la crisis en su provecho y criticó la manifestación por el empleo convocada por ese partido en Andalucía. Chaves dijo que "los socialistas no pasaremos por la falacia del despido libre, por ese error histórico", porque los problemas de los parados son "de todos".