La insistente petición del Banco de España de contener los salarios y crear un contrato único con despido más barato no merece ninguna consideración para el Gobierno. El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, le espetó el miércoles al supervisor que se deje de hacer propuestas y se centre en que la financiación vuelva a fluir hacia el sector privado. Ese, remachó, es el principal problema de la economía y es un asunto de responsabilidad de la institución.

"Me sorprende siempre que el Banco de España saca un recetario que nunca incluye una receta que diga que el sector financiero debe hacer un esfuerzo para que el crédito llegue a la pequeña y mediana empresa, así como al ciudadano", criticó el responsable del diálogo social durante una visita a la localidad de Camprodon (Girona).

Corbacho se mostró enojado por la irrupción del organismo que gobierna Miguel Angel Fernández Ordóñez en el debate laboral. El Ejecutivo, recordó, ha dejado claro en muchas ocasiones a la institución que las medidas que propone no son buenas para salir de la crisis y solo llevarían a la "precarización" del mercado de trabajo. Habrá reforma, añadió, pero no por "indicación" del Banco de España ni en la dirección que apunta, pues ello supondría un "retroceso de los derechos".

Corbacho auguró un acercamiento entre el Gobierno, la patronal y los sindicatos para finales de abril. "Creo que hay voluntad por parte de los agentes sociales", aventuró. El ministro defendió que Trabajo está buscando el "máximo consenso posible" para lograr un pacto que sea "bueno, positivo y un buen mensaje para la sociedad".

ABANDONO El secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, destacó que hasta los empresarios "han abandonado" en la mesa de negociación la idea de abaratar el despido. El Banco de España, acusó, interfiere "de forma recurrente" en el diálogo social y solo con una propuesta. Toxo apostó por reordenar las bonificaciones a la contratación para beneficiar a jóvenes parados de larga duración.