"Chirría". Esa es la sensación que le produce al vicepresidente económico del Gobierno, Pedro Solbes, el anuncio realizado anteayer por el viceprimer ministro ruso, Alexander Zhukov, sobre el interés de Gazprom por comprar el 20% de Repsol que en la actualidad posee Sacyr.

Las declaraciones que Zhukov hizo después de entrevistarse con el ministro de Industria, Miguel Sebastián --para sorpresa de este--, provocaron un auténtico terremoto que, a lo largo de ayer, se fue amplificando y logró la unidad de criterio del Gobierno, la oposición y todo el arco parlamentario.

Un ejemplo: el líder del PP, Mariano Rajoy, no solo se mostró contrario a la operación sino que advirtió al Gobierno: "Espero que ni siquiera se le pase por la imaginación autorizarla". También el comisario europeo de Energía, Andris Piebalgs, dudó, durante una rueda de prensa, de que el gigante ruso esté en condiciones de comprar una participación en Repsol, dado el contexto actual de bajada de precios de gas y petróleo.

En medios próximos al Ejecutivo se afirma que las declaraciones del viceprimer ministro ruso tras la reunión con Sebastián fueron una auténtica sorpresa. "La Moncloa no tenía noticias de ello", agregaron.

Tras digerir esa información, que convertiría a Gazprom en el primer accionista de Repsol, Solbes fue el encargado de exponer ayer la posición oficial, que no difiere mucho de la del Partido Popular. Fue durante una entrevista en Cuatro: "El Gobierno español siempre ha sido enormemente reacio a que otras empresas públicas entren en el capital de empresas públicas privatizadas en España".

Gazprom tiene a la federación rusa como principal accionista, con el 50%, y retiene el monopolio de las exportaciones de gas de ese país, además de ser titular del 16% de las reservas mundiales de ese combustible. Es un coloso dominado por el Estado que controla el suministro de gas al centro y este de Europa, gracias a acuerdos alcanzados con Alemania. Se da la circunstancia de que el excanciller Gerhard Schröder trabaja para la firma rusa liderando el proyecto de gasoducto Alemania-Rusia.

En el caso de Repsol, a lo largo de los últimos 20 años se ha ido reduciendo el papel del Estado en su capital. A ese objetivo --añadió Solbes-- respondió el proceso de privatización que comenzó en 1987 y que se completó en 1997. En la actualidad, Sacyr Vallehermoso es la principal accionista, seguida de Criteria-La Caixa. "No tiene ningún sentido que desaparezca el papel del Estado en ciertas empresas para que luego ese papel lo juegue otro país que no sea España", agregó Solbes.

Más allá de las escasas valoraciones del miércoles, el presidente de Repsol, Antoni Brufau, afirmó en Zaragoza, donde asistió al Quinto Congreso de la Confederación Española de Directivos que, "por encima de todo", la firma seguirá siendo "privada, independiente y española".

Sacyr, que en septiembre anunció su intención de vender activos, comunicó, a requerimiento de la Comisión Nacional del Mercado de Valores que, desde entonces, se han producido "diversos contactos con posibles inversores". Pero no reveló su identidad y afirmó que aún no se ha materializado un acuerdo.

Zhukov, ajeno al revuelo, siguió con su gira española. Ayer se puso la camiseta del Barça y, junto con el presidente del club, Joan Laporta, marcó un gol en el Nou Camp. Por la tarde, visitó las cavas de Freixenet.