La luz subirá por primera vez en un mes de octubre. Pero para intentar neutralizar tan impopular golpe a los bolsillos de los consumidores, el Gobierno ha decidido congelar parte de la tarifa de manera que el alza final no sea tan alta como hubiera sido sin su intervención. La medida ha dejado en el alero las conversaciones entre el Ejecutivo y el PP para alcanzar un pacto en materia energética, ya que los populares lo habían condicionado a que el recibo no subiera.

El Ministerio de Industria ha informado a la Comisión Nacional de la Energía (CNE) de su intención de congelar las tarifas de acceso o peajes. Se trata de la parte del precio final de la luz con que se paga el mantenimiento y uso de la red y otros componentes especiales, como las primas a las renovables o los costes de las nucleares. Su peso en la tarifa eléctrica que pagan los consumidores domésticos ronda el 48%. Es casi seguro, con todo, que el recibo subirá el 1 de octubre. En torno al 35% restante de la precio de la luz se fija mediante una subasta que estipula el coste de la energía y que tendrá lugar el próximo martes. La última, realizada en julio, dio lugar a unos precios el 11,6% superiores a los de seis meses antes. Este verano la energía se ha encarecido con lo que lo que se prevé que la subasta obligue a subir la luz. Además, hay que sumar los impuestos, que suponen otro 17%. El IVA de la electricidad subió en julio del 16% al 18%.

FUTURO INCIERTO La previsible subida de la luz será la primera desde la de enero (2,6%). El Gobierno tenía decidido aplicar un alza de entre el 3% y el 7% en julio, pero finalmente congeló la tarifa a petición del PP, después de alcanzar un principio de acuerdo con el mayor partido de la oposición para negociar un pacto de Estado en materia energética.

El coordinador económico de los populares, Cristóbal Montoro, condicionó el miércoles la continuidad de las conversaciones a que el Gobierno no subiera la luz. Pero fuentes del Ministerio de Industria aseguraron ayer que los negociadores del PP consideran "razonable" congelar los peajes y recoger la fluctuación del coste de la energía, aunque ello suponga un encarecimiento de la electricidad para los hogares. De lo contrario, recordaron en Industria, sería necesario volver a bajar los peajes para neutralizar el resultado de la subasta, como se hizo en julio.

De ser así, el déficit de tarifa (la diferencia estructural entre unos ingresos del sistema menores que sus costes) superaría los 3.000 millones de euros estipulados por el Ejecutivo para este año y sobrepasaría los 16.000 millones de volumen acumulado en los últimos años. En este sentido, los portavoces económicos del PP decidieron no valorar públicamente la medida impulsada por el Gobierno.