El Gobierno no va ceder ni un ápice. A pesar de la presión de algunos partidos, medios de comunicación y asociaciones de consumidores, el Ejecutivo socialista ratificó ayer que no dará a conocer la identidad de las entidades financieras a las que inyectará liquidez a través de la compra de activos de calidad.

El vicepresidente y ministro de Economía, Pedro Solbes, argumentó que es necesario buscar un equilibrio para que las medidas de apoyo a la banca y el crédito se desarrollen "con luz y taquígrafos" sin que su puesta en marcha "dañe" a los bancos y cajas beneficiados y al sistema financiero. Desde su departamento se recuerda que el fondo español va a seguir el mismo procedimiento que en las subastas de liquidez del Banco Central Europeo, en las que se comunica el montante adjudicado pero no se da a conocer las entidades.

RESPALDO DE BRUSELAS La postura del Ejecutivo cuenta con un amplísimo respaldo. Desde Bruselas, el portavoz de Competencia, Jonathan Todd, apuntó que la Comisión Europea no tiene ningún problema con esta decisión. Su única preocupación, añadió, es que la adjudicación de los fondos no sea discriminatoria y no aporte una ventaja indebida a las entidades españolas frente a las de otros países.

El gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez, afirmó no entender la "polémica" que ha suscitado la cuestión. En una conferencia de Esade en Barcelona, recordó que la institución --responsable de supervisar el proceso de subastas-- ha asesorado al Gobierno y al PP en la elaboración del plan, que se basa en que "la transparencia es fundamental".

El principal partido de la oposición también comparte la postura del Ejecutivo. Su portavoz económico, Cristóbal Montoro, argumentó que, de lo contrario, las subastas quedarían desacreditadas y el plan sería inoperativo, al tiempo que defendió los instrumentos de control administrativos y políticos que se han establecido para llevar a cabo este mecanismo. "Esto no va a salvar a nadie de la mala gestión: no vamos a dar la cara por nadie. Se trata de salvar los mercados, no de mejorar las cuentas de negocio", apostilló.