Entre el miércoles día 9 --última reunión entre el ministro de Trabajo y los líderes de los sindicatos y de la patronal-- y el 16 --cuando el Consejo de Ministros apruebe el decreto de reforma laboral--, el Gobierno redoblará sus esfuerzos para conseguir en el Congreso una mayoría de votos que respalde políticamente el decreto, a ser posible mayor que la escuálida que ratificó el decreto del recorte del gasto o con menos votos en contra.

Pese a los llamamientos a la "prudencia", la "serenidad" y el "sosiego" lanzados ayer por la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega ante la recta final del diálogo social y de que Cándido Méndez, líder de UGT, dijera que "mientras haya negociación, hay esperanza", el ambiente es pesimista tanto en el Ejecutivo como entre los sindicatos, ante un posible pacto.

Mariano Rajoy, presidente del PP, y Josep Antoni Duran Lleida, portavoz de CiU en el Congreso, reclamaron al Gobierno que negocie con ellos la reforma laboral. En espera de la evolución de los acontecimientos --el día 8 hay convocada huelga en el sector público--, ninguno de los grupos tiene decidido el sentido de su voto, pese a que como con el decreto anticrisis, compartan las propuestas más conservadoras.

Fuentes del PP dijeron que si la reforma que presente el Ejecutivo al Congreso se limita al retoque de medidas, será un desengaño. Los populares, que aplauden las propuestas no oficiales de abaratar el despido, interrogarán al ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, la próxima semana en la Cámara Baja.

CEDER ANTE LA CEOE Para los sindicatos el problema no está en si habrá un solo contrato con 33 días de indemnización por despido o uno con 20 días para empresas en crisis, que ya existen, sino en si el Gobierno cede ante la pretensión de la CEOE de dejar en exclusiva a los empresarios las causas del despido. "Tan importante como la indemnización es la tutela judicial", dijo el líder de UGT.

Si se suprime el control de los jueces sobre los distintos casos de despido, "se desequilibrará la vida interna de las empresas", subrayó Méndez, porque "la última palabra la tendrá el empresario" y se fomentará que la nueva contratación sea precaria.

Méndez, en Los desayunos de TVE , afirmó que el Gobierno "está atenazado por un error estratégico de la UE durante la presidencia española" en su respuesta a la crisis.