En la web del BBVA, un vídeo escenificaba ayer el relevo más importante que se produce en el segundo banco español desde que los hombres de Argentaria tomaron el control de la entidad financiera en el año 2000:

--José Ignacio Goirigolzarri: "El consejo le ha pedido hoy ayer para el lector al presidente que dirija una nueva etapa más ambiciosa de este grupo, y en esa etapa creo que es importante que la gestión del día a día se renueve".

--Francisco González: "José Ignacio ha decidido dejar su cargo de consejero delegado, de mutuo acuerdo con el banco, y el consejo lo ha aceptado".

La renovación del mandato del presidente, que está apunto de cumplir los 65 años, cerró ayer definitivamente la puerta a la posibilidad de que el propio Goirigolzarri (55 años) pudiera sustituir a González al frente de la entidad, una posibilidad que prácticamente se evaporó cuando el consejo decidió modificar los estatutos y ampliar de los 65 a los 70 años la edad a la que el presidente debe dejar el cargo.

El cambio se produjo dentro de una batería de medidas para incluir recomendaciones sobre buen gobierno corporativo, pero dejaba pocas dudas de que González conservaba energías y no contemplaba ser relevado.

Otro ejecutivo procedente de Argentaria, Angel Cano, es desde ayer el nuevo consejero delegado. Cano era el responsable de recursos humanos y tecnología del banco y puede perfilarse como delfín de González. Así las cosas, hay que bajar en el organigrama hasta el puesto de director de negocios de España y Portugal, que desempeña Juan Asúa, para encontrar al primer ejecutivo superviviente del antiguo Banco Bilbao Vizcaya.

El consejo "considera" que la gestión del grupo ante la crisis actual es "excelente" y que el nuevo entorno económico global "hace imprescindible mantener el actual liderazgo del presidente al frente de la entidad".