Arriesgar tiene su premio, más aun cuando del terreno han desaparecido rivales y se cuenta con ayudas. Goldman Sachs lo ratificó ayer cuando, superando las buenas expectativas de los analistas, presentó unos beneficios en su segundo trimestre fiscal de más de 2.460 millones de euros (o 3,52 euros por acción). Los resultados de la entidad, que durante la crisis se transformó de banco de inversión en un banco comercial más regulado y que hace solo un mes terminó de devolver a las arcas públicas de EEUU la ayuda de 7.154 millones recibida, extendieron entre los inversores cierto optimismo ante la recuperación del sector financiero.

El último trimestre del año pasado, Goldman Sachs registraba las primeras pérdidas desde que empezó a cotizar en 1999, pero ha sabido aprovechar la crisis, la reducción de la competencia y la ayuda del Gobierno. De abril a junio, tuvo unos ingresos de más de 9.800 millones de euros y un 48% de ese dinero (4.750 millones) son provisiones para compensaciones y beneficios de sus 29.400 empleados.