La información sobre la evolución de los negocios de las grandes inmobiliarias españolas que cotizan en bolsa ha puesto en evidencia que el parón del mercado de la vivienda es un hecho. Las ventas comerciales (compromisos firmes de los compradores para adquirir una vivienda cuando se acabe la promoción, dentro de un año y medio) de la mayoría de estas empresas han caído por encima del 30% respecto al mismo periodo de enero a septiembre del 2006.

Colonial informó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que las ventas de las promociones en curso habían caído un 4,6%, las ventas comerciales, un 32,2% y la cifra de viviendas por este concepto, un 54,5%. FCC explicaba, en su boletín de octubre, que su cartera de preventas había descendido el 38,4%. Metrovacesa informó que sus ventas comerciales se redujeron el 52,4%, y lo atribuía "al menor número de promociones iniciadas y por la desaceleración de la demanda, más acusada en la costa".

Acciona reconoció una caída de preventas del 36,6% y el grupo Reyal Urbis, de un 44%. Vallehermoso se salva con una leve caída del 2,9% de sus ventas contratadas. Todas las compañías califican este descenso de provisional debido a retrasos en la finalización de las promociones, y apuntan que en el balance final del año se reducirán estas diferencias respecto a los datos del 2006. Pero nadie se atreve a hablar de mantenimiento de la actividad, y menos de crecimiento.

Las inmobiliarias reconocen que tanto la demanda como el ritmo de ventas se están desacelerando en España, de forma más acusada en el segmento de segunda residencia en la costa, y lo atribuyen a las recientes subidas del euríbor y al alud de noticias negativas sobre el sector. Colonial explica como un éxito que ha sabido limitar sus compras de suelo a zonas de calidad y enfocadas "en su totalidad al segmento de primera residencia".

Reyal Urbis, que preside Rafael Santamaría, máximo dirigente de la patronal de promotores Asprima y del grupo de grandes inmobiliarias G-14, opina que "la aceleración de la caída de la demanda" se debe a la concurrencia de dos tendencias: el deterioro de la accesibilidad económica a la compra de un piso y "un proceso de desconfianza e incertidumbre".

HAY DEMANDA La inmobiliaria defiende ante la CNMV los mismos postulados que el G-14: que la demanda de primera residencia se mantiene fuerte por los factores demográficos, sociológicos y económicos; que el esfuerzo financiero puede empezar a mejorar el 2008; y que se está "generando una demanda solvente embalsada" que comprará dentro de unos meses.