Hace un par de días, en una charla informal, un alto ejecutivo de una de las entidades presentes en la reunión se mostró escéptico sobre la utilidad del encuentro. Dijo que allí faltaba el presidente del PP, Mariano Rajoy. "Hubiera sido bueno para mandar un mensaje de unidad, no tanto hacia el interior como hacia el exterior", sostuvo. Ayer, en la enorme sala monclovita que congregó al poder económico y al político en una misma mesa en la que había café con leche y pastas, la tesis de agregar al líder conservador fue compartida por los empresarios y la banca. Los grandes reclamaron "unidad" para generar confianza.

UNION Aquí hay que ir todos juntos", señaló el presidente del Banco Santander, Emilio Botín, según varios de los presentes. Al igual que Isidre Fainé, presidente de La Caixa y de la patronal de las cajas CECA, Botín habló de la importancia de "cerrar filas entre todos", algo que lleva implícito el ruego al Ejecutivo para acercar posturas con los populares y a estos para que aparquen, en estos momentos tan delicados, las dudas sobre la economía. Tras tachar la situación actual de "gravísima", el banquero pidió tres reformas con la "máxima urgencia": negociación colectiva, pensiones y control del gasto de las autonomías.

El presidente del BBVA, Francisco González, quien según varios asistentes fue el más "crítico" con el Ejecutivo, dijo que había que "seguir actuando". González abogó también por acelerar la reordenación de las cajas, pero Fainé, en su segunda intervención, le contestó que la reconversión estaría hecha antes del 24 de diciembre. Banqueros y empresarios salieron con la sensación de que la cita fue "útil". Unas dos terceras partes de las 37 compañías y entidades tomaron la palabra. El sector financiero tuvo más protagonismo que el turístico y el de infraestructuras. El primero pidió rebajar las tasas de AENA y el segundo defendió el modelo de gestión e inversión público-privada para acelerar las obras.