Las compañías aéreas y los turoperadores comenzaron a introducir a principios de año recargos sobre los billetes a causa del drástico encarecimiento del precio del petróleo, que representaban sobrecostes de entre 40 y 60 euros en el billete en trayectos europeos y de hasta 100 a 200 euros en los billetes de rutas intercontinentales. En la actualidad, con el precio del barril de crudo al nivel del verano del 2007 --antes de que comenzara su escalada y a menos de la mitad de sus valores récord--, las compañías aéreas siguen manteniendo los recargos por carburante, como si el precio del petróleo no se hubiera abaratado, y continúan aplicando las tasas, según denuncian las organizaciones de consumidores.