La crisis financiera de Grecia ha sumido a la zona euro en un dilema sin precedentes. Es la primera vez, que el fantasma de la suspensión de pagos amenaza a una economía de la Unión Monetaria. El primer ministro griego, Giorgos Papandreu, llegó a decir ayer que "por primera vez desde 1974 (cuando se instauró la democracia), la situación de las finanzas públicas amenaza nuestra soberanía nacional".

La onda expansiva de la crisis mediterránea sacudió a España. El Ibex 35 encajó ayer el segundo mayor descenso de la eurozona (2,27%), solo por detrás del de la bolsa de Atenas (del 3,36%), y la deuda pública española se encareció en 10 puntos en un día (la diferencia sobre el bono alemán subió a 69 puntos).

TRES DIAS DE SEISMO La sacudida financiera, con epicentro en Atenas, se desencadenó el lunes, cuando la agencia de calificación Standard & Poor´s puso en vigilancia la deuda pública de Grecia ante el deterioro económico del país (déficit superior al 12,5% del PIB, deuda pública del 113% y problemas políticos internos para lograr un acuerdo de consolidación de las cuentas). El martes, la agencia Fitch rebajó la valoración de la deuda griega de "A-" a "BBB+", a dos pasos de los bonos basura. El golpe se dejó sentir en la deuda de Portugal, Italia, Irlanda o Polonia. España se libró. Pero ayer, la agencia S&P, aunque confirmó la nota AA+ a la deuda pública española, rebajó de "estable" a "negativa" la perspectiva, ante las previsiones de bajo crecimiento económico y la persistencia de un elevado déficit.

La bolsa y la deuda reaccionaron con dureza. Eso, a pesar de que el propio informe de S&P reconoce que las finanzas españolas parten de una posición "relativamente fuerte" y que hay tiempo para lograr un "consenso político" que permita una "consolidación presupuestaria creíble". Por eso, desde el Ministerio de Economía se encajó "con tranquilidad" el bandazo de ayer. La deuda pública española se situará este año en el 68%, veinte puntos por debajo de la media de la zona euro, y, aunque el déficit superará el 9,5% del PIB, Bruselas ha dado su apoyo a los planes del Gobierno para corregirlo hasta el 2013. "No hay razones para la alarma", afirmó un portavoz.

INTERPRETACION El foco se concentra en Atenas. Papandreu aseguró que su Ejecutivo socialista "asumirá las medidas necesarias para sacar al país de la crisis" y reducir su déficit. "Es la única forma de asegurar que Grecia no pierda sus derechos soberanos", dijo. El mensaje refleja el temor a tener que pedir ayuda al Fondo Monetario Internacional (FMI), con las obligaciones de política económica que ello supondría. Grecia no se convertirá en "la próxima Islandia o Dubai", dijo el ministro de Economía.