El descontrol de las cuentas públicas de Grecia ha vuelto a quedar en evidencia con los resultados de un análisis del coste de las pensiones para el erario. Responsables del Ministerio de Trabajo del Gobierno que preside Georges Papandreu han revelado esta semana que la Administración ha estado pagando millones de euros para sufragar pensiones de personas que habían muerto hacía años.

El ministerio ha descubierto cosas tan previsibles como que la mayoría de los 500 jubilados registrados como mayores de 110 años a los que se les continuaba pagando pensiones están muertos, 300 de ellos desde hace muchos años. "Hemos descubierto una prestación que se pagaba por una persona que falleció en 1999. También hemos encontrado muchas más pensiones a personas vivas que hacía cinco o seis años que habían muerto", destacó ayer el viceministro de Trabajo, George Kutrumanis en una rueda de prensa.

ACOSO A LOS DEFRAUDADORES Las autoridades griegas han puesto en marcha un programa de actualización del registro de las pensiones que se pagan en el país y han advertido que los defraudadores serán perseguidos.

De hecho, era de dominio público en Grecia la práctica de algunas familias de no declarar el fallecimiento de los jubilados a los servicios sociales para poder mantener el cobro de la prestación, pero hasta ahora esta práctica no tenía ninguna constatación oficial. Kutrumanis reconoció que en algunos casos no se trataba de fraudes, sino de mala gestión, ya que varias de las sumas pagadas por el Estado a los jubilados ya fallecidos habían sido ingresadas en cuentas de las que nadie había retirado nunca el dinero.

El ajuste de las cuentas de la Seguridad Social griega forma parte del draconiano plan de saneamiento impuesto el pasado mayo a Grecia por la UE como exigencia previa para concederle un préstamo multimillonario.