El primer ministro griego, Georges Papandreu, prometió ayer "importantes cambios" para sanear las cuentas públicas del país. "El Gobierno griego es absolutamente consciente de sus responsabilidades para reorganizar la economía del país, modernizar su sector público y combatir los problemas crónicos de corrupción y clientelismo", aseguró Papandreu. Grecia, cuya deuda es de 300.000 millones de euros, espera tener el apoyo de la UE para las reformas.

La cancillera alemana, Angela Merkel, aconsejó "no sobredimensionar" el problema griego y recomendó abordar la cuestión con "un debate serio". "Vamos a discutir con los estados que tienen más dificultades sobre la manera de garantizar la estabilidad del euro", añadió Merkel. "Este es el objetivo principal", subrayó. La Comisión Europea estimó que como Grecia no tiene necesidad de emitir nueva deuda hasta el año próximo, los mercados se tranquilizarán.