El pasado enero, el Banco Santander dio la sorpresa al anunciar una campaña agresiva de rebaja de comisiones con la que pretendía captar 860.000 clientes, aunque dejaría de ingresar unos 82 millones de euros. La competencia se vio obligada a reaccionar. El BBVA, por ejemplo, lanzó el Crédito Nómina, un producto "sin comisiones ni intereses", y las cajas valencianas Bancaja y CAM también eliminaron algunas comisiones para los clientes habituales. Los primeros movimientos que convirtieron la rebaja de comisiones en una estrategia comercial fueron los de los bancos que operan en la red, como el holandés ING Direct.