La guerra por el control de las eléctricas permitió que la bolsa española culminara ayer tres años consecutivos de subida. Con 12.950 puntos, el Ibex 35 --indicador que reúne las empresas de mayor capitalización-- registró el valor de cierre más elevado de su historia. El pico anterior (12.816 puntos) data de marzo del 2000 y se consiguió en plena euforia de las empresas puntocom . El indicador llegó a terreno desconocido con un alza del 2,63% en la sesión de ayer, lo que eleva la rentabilidad anual al 20%.

"Ningún otro mercado se encuentra en esta situación. La bolsa española es la primera que cierra el espacio entre la valoración de las empresas y la cotización que se había producido con su crisis tecnológica del 2000", comentó Jaume Puig, presidente de la gestora de Gaesco. "Ahora, en términos generales, cotizan por lo que valen".

El mercado español se ha visto espoleado por las operaciones de compraventa de empresas. La guerra por el control de las grandes eléctricas españolas, precedida por la ensalada de opas en el sector inmobiliario y constructor, han aportado una euforia compradora que no se ha visto en otros parquets . "Los últimos 800 puntos del Ibex hay que atribuirlos a la fiebre de los movimientos corporativos", dijo Natalia Aguirre, directora de análisis de la sociedad de bolsa Renta 4.

EN EL MUNDO La prueba es que el resto de plazas continentales registran una evolución más moderada de sus ganancias. El CAC de la Bolsa de París es el que mejor trayectoria registra: sube el 11,30%. Le sigue el DAX de Fráncfort, con ganancias del 10,75% y el Eurostoxx 50 --donde cotizan los mayores valores europeos--, que suma un 8,86%. Ninguno de ellos se encuentra cerca de los máximos del 2000. Solo el primer indicador de la Bolsa de Nueva York, el Dow Jones, llega a los niveles de entonces.

SINGULARIDAD La singularidad de la bolsa española se refleja en que son los inversores institucionales quienes sostienen el alza del mercado. "Los pequeños inversores privados siguen fuera del mercado", comenta Jaume Puig. "Han tomado posiciones en bolsa a través de los fondos de inversión", concreta. El estallido de la burbuja tecnológica alejó a los pequeños ahorradores de la renta variable directa y se mantienen alejados salvo en una pequeña proporción.

No es esa la única gran diferencia que se produce con respecto a la euforia que se desató en el 2000. Las empresas tecnológicas no han disparado su cotización, sino las constructoras y las eléctricas. Endesa, Iberdrola, ACS, Acciona, Vallehermoso, FCC, Metrovacesa no solo registran récords, sino que cotizan por encima de su valor objetivo para muchos analistas. Esa situación explica que la capitalización de las 34 compañías que actualmente componen el Ibex (Metrovacesa volverá a ingresar el lunes) supere los 464.000 millones de euros, cifra que representa un nuevo máximo en la capitalización del principal índice de la bolsa española.

Los analistas consideran que los precios que se pagan por esas compañías solo se justifican en la voluntad de hacerse con el control accionarial. Empresas de tecnología, bancos y otros sectores cotizan muy por debajo de su precio objetivo.