Hacienda inspecciona las sociedades de inversión de capital variable (sicav), el principal instrumento de inversión de los grandes patrimonios, para determinar si cumplen con los requisitos que permiten que sus beneficios tributen al 1% en lugar del 35% general del impuesto de sociedades. La campaña de supervisión afecta a las sociedades constituidas con anterioridad al 2004, cuando entró en vigor una nueva ley del PP publicada en el 2003 y que reducía los requisitos económicos para gozar de las ventajas tributarias.

En esencia, las inspecciones analizan si las sociedades cuentan con el número mínimo de 100 socios que se requieren --la única de las formalidades que hay que cumplir desde el 2004--, con el capital mínimo desembolsado (la mitad de 2,4 millones de euros) y una rotación del capital de al menos el 25% de su importe, según explicaron fuentes conocedoras de la campaña de inspección. Se han realizado las inspecciones "porque se supone que las sicav son para fomentar la inversión colectiva", mientras que a menudo son meros instrumentos para pagar menos al fisco, según las mismas fuentes.

ACTAS En un buen número de casos, la investigación de Hacienda se ha resuelto con el levantamiento de actas por las irregularidades detectadas. Prácticamente todas esas actas, que en su mayor parte se han producido en Madrid, han sido recurridas ante los tribunales.

Las actuaciones de Hacienda han provocado cierto malestar y confusión entre las entidades gestoras. Fuentes consultadas señalaron a este diario que, desde que existen estos instrumentos de inversión, Hacienda no se había preocupado nunca por esos detalles: "La situación con respecto a la fiscalidad de esos instrumentos no se ha modificado, ¿por qué el celo actual?".

Estas fuentes reconocen, sin embargo, que ha sido una práctica frecuente en el sector que las sicav no tengan el número de accionistas suficientes y que la mayor parte de éstos sean empleados de la entidad financiera a la que pertenece la gestora, con una acción cada uno. Algunas de ellas no han alcanzado nunca ese número de accionistas.

En los casos en los que se ha detectado esa situación, Hacienda obliga a aumentar la tributación de los beneficios de esas sociedades del 1% al 35%. En el sector financiero se apunta que la presión puede dar origen a que algunos grandes patrimonios se trasladen a paraísos fiscales.

También se destaca que algunas entidades recomiendan a los clientes que coloquen su patrimonio en fondos de inversión en lugar de constituir sicav, ya que, así como en los fondos de inversión la movilidad del patrimonio de uno a otro es sencilla, en las sicav es más complicada.