El Gobierno holandés anunció ayer un acuerdo para inyectar 10.000 millones de euros en ING, el banco más grande de internet y la 13 entidad financiera mundial, para avalar su capital. La entidad de banca, inversiones y seguros de vida y jubilación, con 75 millones de clientes en todo el mundo y 1,7 millones de ellos en España, perdió hasta el 27% de su cotización bursátil el pasado viernes, tras los rumores sobre una posible intervención estatal de la firma.

"Se trata de una gran suma que inyectamos en una empresa sana, por lo que vemos el porvenir con confianza", aseguró el ministro holandés de finanzas, Wouter Bos, en la rueda de prensa conjunta con los directivos del banco que ofrecieron anoche para dar cuenta del acuerdo alcanzado. "El Gobierno sabe que se trata de una intervención inusual en el sistema bancario, pero no excluiremos ninguna medida para proteger a los ahorradores", aseguró con contundencia.

EJECUTIVOS SIN PAGA El Ejecutivo holandés aseguró que ha recibido "seguridades" por valor de esos 10.000 euros, con las mismas características que las acciones, y que esta inyección "no diluye el capital de los accionistas". El pacto incluye que el Estado tendrá dos consejeros con derecho a veto en decisiones "fundamentales" que afecten al 25% del capital y que los ejecutivos renuncian a sus bonos.

Los 10.000 millones son la mitad del fondo especial de 20.000 millones creado por el Gobierno holandés para hacer frente a entidades en dificultades o con poca liquidez. Hasta ahora el Ejecutivo de los Países Bajos había comprado las actividades holandesas del grupo bancario Fortis por valor de 16.800 millones de euros, en una operación de rescate conjunta con Bélgica y Luxemburgo. El grupo bancario holandés reconoció que sus resultados del tercer trimestre se han visto afectados por la crisis, pero subrayó que la posición de capital estaba "en la línea de los objetivos establecidos". Sin embargo, admitió unas pérdidas de 500 millones de euros entre julio y septiembre que achacan a la crisis financiera global.