La programación de horarios y asignación de trabajos puede provocar jaqueca a quien lidera esa tarea en una empresa. Los cambios que sacuden a las economías no hacen más que volver más fatigoso ese trabajo: gana peso el sector servicios, que exige más polivalencia y horarios más dilatados, y el endurecimiento de la competencia por la globalización obliga a flexibilizar el trabajo. Es un verbo al que hace ya tiempo se encomendó la industria de la automoción, tan sensible a las oscilaciones de la demanda. A todo esto hay que sumar la exigencia social de conciliación de la vida laboral y personal.

Siendo este el panorama, seis profesores de la Universitad Politécnica de Cataluña (UPC) decidieron crear una firma, Rational Time, que asesorase a las empresas en esta materia. Su enseña es un software que permite componer un puzle casi imposible, sin dejar ninguna de las piezas fuera y sin doblarles ningún canto. "Trabajamos con modelos matemáticos que nos dan, no una solución buena, sino la óptima", dice Jordi Ojeda, socio y doctor en ingeniería industrial. En Francia hubo fervor a partir del 2000 por programas informáticos del estilo, a raíz de la instauración de las 35 horas semanales, que exigían mayor flexibilidad y ascendían el listón de los cálculos. "Pero estos softwares trabajan con algoritmos de aproximación, que ahorran tiempo pero no te garantizan que te den una solución óptima".

La empresa, que nació en julio del 2007, se estrenó este verano con la programación y asignación de tareas de la unidad de anestesistas del Hospital de Granollers (Barcelona). Es un equipo de 24 profesionales que realizan 25 tareas diferenciadas a lo largo de las 24 horas al día, siete días a la semana. "Quizá lo más complejo fue entender e identificar esas 25 tareas. A partir de ahí, se construye un modelo matemático que además tiene en cuenta el número de personas, la polivalencia y preferencias de horarios de los empleados, las categorías profesionales y la flexibilidad que requiere la organización". El software desciende al máximo nivel de detalle que supone fijar qué hará en cada tramo horario cada persona, una capacidad muy apreciada, según Ojeda, en el sector comercial: "Las tiendas de los centros comerciales tienen unas jornadas operativas largas, con una curva de demanda que cambia a lo largo del día, de la semana, del mes y del año".

El gerente de uno de estos centros puede llegar a tener bajo su responsabilidad a 50 empleados. "Nuestra herramienta ayuda a dimensionar bien ese equipo", dice Ojeda para referirse a que algunos puntos tienen más o menos personal óptimo.

Ahora la compañía busca financiación para pulir la interfaz, o parte del programa a través de la cual el usuario interactúa, para hacerla más amigable y sencilla de utilizar.

FUNDADOR CURTIDO El programa funciona en cualquier ordenador personal. Puede resultar obvio decirlo, pero esta clase de programas solo comenzaron a tener viabilidad a finales de los 90, con la exponencial ganancia de velocidad de procesamiento de los ordenadores domésticos: "Hoy se pueden manejar hasta 150.000 variables y restricciones", apunta Jordi Ojeda. El alma del negocio es Albert Corominas, un catedrático de organización de empresas de 65 años que está curtido en la organización de la producción en firmas industriales.