La primera jornada de paros de los tripulantes de cabina de pasajeros (TCP) de Iberia obligó a la compañía a cancelar 185 vuelos, el 20% de los cerca de 1.000 desplazamientos que tiene programados la aerolínea española cada día. La huelga, convocada por los sindicatos CTA y Sitcpla, no impidió el cumplimiento de los servicios mínimos, fijados en torno al 69%, que se aplicaron sin retrasos. Del total de los trayectos cancelados, 156 conexiones correspondían a rutas domésticas.

La compañía, que aseguró que todo "transcurrió con bastante normalidad" porque los pasajeros ya estaban avisados "con antelación", sostiene que los sindicatos no tienen ninguna intención de resolver el conflicto y presentan nuevas exigencias. Por su parte, los tripulantes aseguraron que Iberia no desea establecer ninguna negociación.