No hubo que esperar a los tests de la banca del próximo viernes para que se desatara el estrés. Las nuevas tensiones en Europa desde Hungría e Irlanda y la posibilidad de una desaceleración del sector inmobiliario de EEUU eclipsaron las buenas noticias procedentes de gigantes como Boeing, cuyos pedidos se dispararon ayer, o Halliburton, que obtuvo unos beneficios por encima de lo previsto. Por todo ello, el Ibex cayó el 0,62%, hasta los 9.929 puntos, con Bankinter, Banesto y Ferrovial al frente de los descensos de la jornada.

Los inversores apostaron de forma masiva por replegar velas y deshacer las posiciones tomadas durante la mañana, cuando el índice aún subía. Pero luego, con la apertura bajista de Wall Street, la corriente vendedora se extendió por toda Europa. En este contexto, el Ibex volvió a dejar atrás los 10.000 puntos conseguidos a lo largo del día.

La inminencia de las pruebas de solvencia de los bancos pasó factura a Bankinter (-2,97%) y a Banesto (-2,17%). Con caídas también terminaron el Sabadell (1,3%), el Popular (1,29%), el BBVA (0,96%) y el Santander (0,75%). Por encima de ellos, Ferrovial despidió la sesión con un descenso del 2,89%. Telefónica y Repsol también se tiñeron de rojo al perder el 0,25% y el 0,23%, respectivamente; mientras que Iberdrola salvó el tipo al acabar la sesión con una ganancia de sus acciones del 0,26%.

Las mayores subidas se las anotaron Técnicas Reunidas (+1,14%) y Grífols (+1,1%) y fuera del selectivo, la Seda, que rebotó el 31,19% el día del inicio de su ampliación de capital. Los derechos, sin embargo, se desplomaron el 42,86%. Las inmobiliarias atrajeron las ventas en el parquet. Vértice 360 avanzó el 5,88% tras anunciar la compra de Lavinia.

El euro abrió la sesión de ayer con una ligera tendencia a la baja y en los primeros minutos de las negociaciones se cambiaba en el mercado de divisas de Fráncfort a 1,296 dólares, por debajo de los 1,300 del viernes.