Tan solo 24 horas después de sacudir los mercados de todo el mundo, Hungría rectificó. En un intento por apagar las alarmas encendidas el viernes por los propios miembros del partido gobernante, el recién investido Ejecutivo húngaro dio marcha atrás y aseguró que la situación económica del país está "estabilizada" y que no existe el peligro de una bancarrota. "Las declaraciones anteriores sobre una posible bancarrota son exageradas", manifestó ayer el secretario de Estado, Mihaly Varga, responsable de la comisión encargada de investigar el verdadero estado de la economía húngara.

Un día antes, el portavoz del Ejecutivo magiar, Péter Szíjjártó, había asegurado que la economía del país "está en una situación muy grave" y que el Ejecutivo anterior "manipuló los datos, tal como lo había hecho Grecia". Unas declaraciones que se sumaban a las del presidente del partido gubernamental, Lajos Kosa, que señaló que Hungría podía seguir la estela helena. Los rumores de suspensión de pagos de la deuda no se hicieron esperar, y provocaron la caída generalizada de las bolsas (el Ibex bajó el 3,8% y Wall Street perdió el 3,15%) y del euro.

En un intento por calmar los rumores y los mercados, Varga tildó ayer las declaraciones de "desafortunadas" y dijo que el país mantiene el objetivo de reducir el déficit al 3,8% del PIB, pero necesitan "un plan de acción conjunta tan pronto como sea posible" que no concretó.

DURAS CRITICAS Donde no hubo cambio de discurso fue en las críticas al anterior Ejecutivo del economista independiente Gordon Bajnai. "Existen grandes diferencias entre la realidad y lo publicado por el anterior Gobierno", dijo Varga, que citó los ingresos por impuestos, los gastos del sector público y el desembolso en empresas de transporte. "El Gobierno de Bajnai mintió y no presentó la realidad", enfatizó el secretario de Estado, quien añadió que habrá que determinar "quiénes son los responsables" para después tomar las medidas "adecuadas".

El Gobierno húngaro no estuvo ayer solo. El comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, echó una mano al país magiar al asegurar que la situación de Hungría "no se puede comparar" con la de Grecia. Rehn descartó que exista riesgo de impago de la deuda húngara, y afirmó que en el primer trimestre de este año la economía ha registrado "signos de fortalecimiento".

"Cualquier comentario sobre el riesgo de una quiebra es absolutamente exagerado", afirmó el comisario europeo. En este sentido, Rehn consideró que, en una situación de fuerte nerviosismo en los mercados, "informaciones falsas pueden provocar movimientos no deseados".