Pese a que ayer se realizaron importantes esfuerzos desde el nuevo Ejecutivo para evitar comparaciones con Grecia, Hungría parece iniciar el arduo tránsito por la crisis de la deuda europea. En todo caso, el primer episodio está calcado de la tragedia griega. El anterior Gobierno falseó las cuentas públicas, según anunció ayer el nuevo Ejecutivo, mientras que en medios económicos del país no se descarta la suspensión de pagos de la deuda. La puntilla para unos mercados europeos particularmente sensibles a todo lo que huela a crisis presupuestaria.

Los países del extrarradio de la zona euro vieron cómo se deterioraba un poco más su mercado de renta fija. Sin ir más lejos, la prima de riesgo de la deuda española se fue a un nuevo máximo: casi los 200 puntos básicos. Y el Ibex 35 cedió el 3,8% en otra sesión de nervios en la que se precipitaron los descensos al trascender la situación en el paísmagiar, cuyo mercado de renta variable fue el más perjudicado entre los parquets europeos: cayó más del 7%. Así las cosas, la deuda alemana mantuvo el rol de valor refugio y llevó su rentabilidad hasta mínimos históricos del 2,58% para profundizar el diferencial con casi todos los bonos europeos.

Los seguros de impago de la deuda (CDS, en las siglas inglesas), con los que los inversores se cubren del riesgo de suspensión de pagos, marcaron otro máximo de casi 300 puntos. Mientras, los griegos escalaron hasta 802,3 puntos básicos desde 725,9 puntos, y los de Portugal subieron a 382,7 puntos básicos, frente a los 339,2 del cierre precedente.

SITUACION GRAVE La comparación que todos los europeos quieren evitar la hizo suya Hungría. El nuevo portavoz del Gobierno, Péter Szíjjártó, reconoció que la economía del país "está en una situación muy grave" y que ahora tendrán que concentrarse en evitar "el camino de Grecia". Fue el presidente del partido gubernamental, Lajos Kosa, el primero en agitar el fantasma heleno el jueves cuando afirmó ante los medios que el nuevo Ejecutivo, que asumió el poder hace apenas una semana, ha encontrado las cuentas públicas en peor estado del que reflejaban las estadísticas, y que veía posible que Hungría siguiera la estela de Grecia. Ayer Szíjjártó confirmó que sus predecesores manipularon los datos "tal como lo había hecho Grecia".

Para evitar que siga un ciclo parecido al que dio lugar el traspiés griego, la Unión Europea exigió a Hungría una reacción inmediata que no se hizo esperar. El primer ministro, Viktor Orbán, anunció la presentación de un plan de acción en menos de 72 horas, tras un detallado informe de la situación, que incluirá "cambios estructurales profundos", según dijo en el canal húngaro TV2.

El Gobierno quiere hacer público también en los próximos días el alcance "verdadero" del agujero presupuestario al que se enfrenta. Los medios de comunicación hablaban ayer de un déficit público del 7,5%, el doble de lo que reconocía el Gobierno hasta ahora, el 3,8%.

A pesar de todo, el portavoz húngaro quiso lanzar un mensaje mínimamente tranquilizador: "En Grecia el momento de la verdad ha llegado. Hungría se encuentra antes de ese momento". Hungría tuvo que recurrir ya a las ayudas del FMI a finales del 2008, como consecuencia de las dificultades financieras que experimentaron diferentes economías de la Europa del Este.

EFECTO EN EL EURO Aunque Hungría no forma parte de la eurozona y apenas representa el 0,8% del producto interior bruto de la UE, la hipersensibilidad de los mercados hace que cualquier mala noticia sea recibida con la huida masiva de las posiciones en la divisa europea, que bajó ayer hasta los 1,19 dólares por primera vez desde marzo del 2006, y la salida de los inversores de los valores vinculados a los países de la Unión Monetaria con problemas de déficit más importantes.