El Ibex 35 del mercado español registró ayer un alza del 3,72%, el mayor del mes y el segundo del año. Los inversores en bolsa hallaron suficientes razones para confiar en la renta variable española, pero su referencia fue el mercado de renta fija. La subasta de bonos a tres años del Tesoro se saldó con una sobreoferta de 2,3 veces. Y lo que fue más importante: el 50% de los compradores fueron inversores extranjeros, lo que da a entender que la deuda pública española no está apestada, como hace pensar el diferencial con el bono alemán. Eso sí, el Tesoro debió colocar la emisión a un tipo de interés del 3,394%, 136 puntos básicos por encima de la última de mayo.

La interpretación de la subasta en la bolsa fue suficientemente optimista como para que el mercado español pasara del rojo a cotizar con un ascenso de casi el 2% a media sesión. Pero cerró bastante más arriba. También hubo subasta de deuda en Italia con mucha demanda. Al final, todas las plazas europeas echaron el cerrojo con ascensos importantes. Además, la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de mantener los tipos de interés y de dar a los bancos la liquidez que precisen sirvió para consolidar los ascensos.

Estados Unidos dio a conocer que el déficit comercial de abril fue de 40.290 millones de dólares, ligeramente inferior a los 41.000 millones esperados. Mientras que las peticiones de subsidio de desempleo semanales bajaron en 3.000, en línea con las previsiones de los analistas.

Pero el principal hilo conductor del mercado fue la deuda soberana. Tras semanas por las nubes --en más de 200 puntos básicos--, el diferencial del bono español a 10 años con el alemán bajó a los 186 puntos, para una rentabilidad del 4,46%, frente al 2,63% del germano. "Los inversores han acabado por entender que la prima de riesgo de la deuda española es suficientemente atractiva como para comprar", dijo Lorenzo Dávila, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles.

"BARRA LIBRE" Mientras, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, anunció que la institución celebrará las subastas de liquidez, la denominada barra libre, a tres meses correspondientes al tercer trimestre del año a tipo fijo y con adjudicación plena de fondos. El anuncio de Trichet supuso un respiro para la banca europea, puesto que en este momento se encuentra con dificultades de financiación.