La creencia común era de que una persona tiene fiebre si el termómetro marca 37 grados. Nuevos estudios dicen que no es así, que depende de la hora del día. Una décima no es fiebre según a qué hora del día. En macroeconomía, una décima es mucho. Millones de euros --miles de parados-- de más o de menos. Ayer se supo que España no iba tan mal por una décima de diferencia respecto a lo estimado antes en el PIB interanual. Buena razón para hacer remontar el Ibex por encima de los corchos de flotación del 10.000. También por décimas sobre lo esperado se animó Wall Street, con el consiguiente contagio general.

Esta vez se trataba de saber cuántos norteamericanos han pedido el subsidio de desempleo en una semana --sí, una semana frente a lo habitual del paro mensual--. Resultó que en tan basto mercado las solicitudes disminuyeron en 31.000 personas, y eso fue suficiente para animar las compras. Un economista de prestigio canadiense, Doug Porter, hizo un perspicaz diagnóstico: "Mientras no se recupere el mercado de trabajo las economías no crecerán de manera sostenida". En el apartado de singularidades, otro dato que marcó la buena pauta europea: L´Oreal presentó ayer unos excelentes beneficios, que aumentaron un 21,3% hasta junio. Y eso que la firma de cosméticos está envuelta en un largo serial-culebrón sobre la dueña del emporio, un amigo, la hija heredera y un ministro de Sarkozy. Esta vez, la política no ha estropeado el valor de la acción.

El Ibex quedó en los 10.004 puntos. Todos los grandes valores subieron: Banco Santander, el 1,76%; Iberdrola, el 1,42%; Repsol, el 1,25%; BBVA, el 0,84%, y Telefónica, el 0,77%. Los valores más castigados en las últimas jornadas lideraron las ganancias del Ibex: Abengoa subió el 4,8%, seguido de Telecinco, con un alza del 3,32%; en tanto que Acciona avanzó el 3,15%; y Mapfre, el 2,53%. Solo tres compañías del Ibex perdieron: Ferrovial, el 0,99%; FCC, el 0,08%; e Inditex, el 0,04%.