El impuesto de sociedades ejerce de oveja negra de la recaudación. Lleva dos años en negativo y siguió así en el 2010 --caída en torno al 21%-- a pesar de que algunas estadísticas apuntan a la recuperación de los beneficios. Tiene su lógica. Incluso las empresas que han vuelto a las ganancias tienen 15 años para imputarse las pérdidas de los peores años de la crisis.

Sin embargo, además de esto, los expertos perciben en la estructura del tributo elementos que minan su capacidad recaudatoria. El Ministerio de Hacienda es consciente de que hace falta una reforma a fondo del mismo pero lo deja para la próxima legislatura, según ha señalado recientemente el secretario de Estado, Carlos Ocaña.

En el 2010, las empresas declararon trimestre a trimestre en función de los beneficios obtenidos durante el ejercicio. Las empresas grandes y los grupos declararon unas bases imponibles que son el 20,5% inferiores a las del año pasado. En particular, la caída llega al 28,6% en el caso de los grupos consolidados y es del 5,2% en el resto de las grandes empresas, según datos de la Agencia Tributaria.

Sin embargo, en este mismo periodo, el resultado de las empresas parece apuntar hacia una cierta recuperación. Según la estadística de la central de balances del Banco de España, los resultados de las empresas medianas y grandes crecieron algo más del 5% este año, hasta el tercer trimestre. Las más pequeñas calculan sus pagos trimestrales en función del impuesto liquidado en el 2009, el peor ejercicio de la crisis, por lo que en este caso tiene sentido la caída del 19,2% en los tres primeros trimestres del 2010.

TRATO DESIGUAL Según la Agencia Tributaria, el fuerte retroceso en el 2010 de las bases imponibles declaradas por grandes empresas y grupos se explica por "unas compras que en este colectivo crecen más que las ventas, las mayores dotaciones a provisiones por insolvencias de entidades financieras y el impacto de la deducción por libertad de amortización anticipada". Así lo resume la Agencia en el último boletín mensual de recaudación tributaria.

Pero además hay otras cuestiones. Las empresas están descontando ahora de su beneficio las pérdidas sufridas en el pasado (pueden hacerlo durante 15 años). "Eso va a retrasar la recuperación de la recaudación", explica Salvador Ruiz Gallud, del despacho Equipo Económico.

Además está el régimen de consolidación fiscal, "muy interesante para los grupos, porque permite compensar pérdidas con beneficios entre empresas de un mismo grupo y evitar la tributación por las operaciones intragrupo", añade.

Eso sin contar con que los gastos financieros y los de adquisiciones en el exterior son deducibles en el impuesto español. Todas estas circunstancias explican en buena parte que las grandes empresas puedan disfrutar de una menor tributación en el impuesto de sociedades.