La percepción que los ciudadanos tienen sobre el presente y el futuro de la economía, el empleo y su situación personal volvió a ser más pesimista en septiembre después de un semestre en el que había dado síntomas de recuperación, apoyada esa percepción en algunos brotes verdes. Pese al impulso registrado, el indicador no ha llegado en los últimos meses a registrar los niveles propios de épocas de bonanza.

El índice de confianza del consumidor que elabora el Instituto de Crédito Oficial (ICO) cayó 9,2 puntos en septiembre, hasta los 70,3. El dato es la media de otros dos indicadores: el de expectativas, que se redujo 10,8 puntos (95,9), y el de situación actual, que bajó 7,7 puntos, hasta llegar a los 44,7.

Los analistas ven normal este nuevo "ajuste" de la confianza después de seis meses de subidas. Quedan meses de dificultades económicas, vaticinan, por lo que es lógico que antes o después se imponga la cautela.

Pese a que la confianza de los consumidores suele ser un indicador que anticipa la evolución económica, en los seis meses en los que mejoró no tuvo reflejo en un aumento del consumo privado.

Todavía es pronto, también, para detectar un descenso, por lo que los expertos se inclinan a pensar que es posible que la subida de impuestos anunciada por el Gobierno para el próximo año pueda haber tenido un efecto negativo en la confianza y en la percepción que los ciudadanos tienen sobre su capacidad de ahorro y de consumo. Los datos reales como el consumo y el empleo siguen siendo débiles.