Pesimismo e inestabilidad marcan la situación de los mercados. La bolsa española se apuntó ayer al primero de estos fenómenos y, tras una fuerte depreciación de los principales valores --Telefónica, BBVA y Repsol--, cerró la sesión a niveles de octubre del año pasado. El índice Ibex 35 quedó en 5.955 puntos, el 1,11% menos que la jornada anterior.

El parquet español fue el que vivió la sesión más negativa de todo el continente. El resto de plazas se anotaron ligeros incrementos, al igual que sucedió con los índices bursátiles de la Bolsa de Nueva York.

Donde concentran ahora las dudas los intermediarios es en las divisas. La tensión prebélica ha llevado al dólar a cotizar a precios bajos con respecto al euro. Para frenar esa pérdida constante de valor, el nuevo secretario del Tesoro americano, John Snow, se mostró partidario ayer de una política de "dólar fuerte" a la vez que defendió el plan de reducción de impuestos que impulsa el presidente Bush para estimular la recuperación.

Un dólar fuerte beneficia a los estadounidenses: los productos y servicios importados les resultan más baratos y crece su poder de compra en los viajes al exterior.

Al otro lado del Atlántico, el comisario europeo de Asuntos Monetarios, Pedro Solbes, también dijo que la subida del valor del euro "no es buena". "Hubiera preferido --aclaró-- un alza progresiva". El cambio oficial entre las dos divisas se situó ayer en 1,0828 dólares por euro.