El grupo financiero holandés ING salió hoy al paso de los rumores que indican que necesita capital de manera urgente, pero no logró frenar el desplome de sus títulos, que terminaron la sesión bursátil con una caída del 27 por ciento. "La posición de capital de ING están en línea con los objetivos establecidos a pesar de las turbulencias en los mercados durante el tercer trimestre", señaló la entidad en un comunicado emitido pocos minutos antes del cierre de la bolsa.

Según los medios locales, el Gobierno holandés podría estar ultimando una operación de rescate -que se anunciaría durante el fin de semana-, aunque también apuntan la posibilidad de una emisión de nuevas acciones o la supresión del dividendo. Tanto el Ejecutivo holandés como los portavoces de la entidad rehusaron pronunciarse sobre "rumores".

El grupo reconoció, en cualquier caso, que sus resultados del tercer trimestre se han visto afectados por la crisis y adelantó que, según datos aún provisionales, tuvo unas pérdidas entre julio y septiembre de 500 millones de euros. Subrayó que los recursos propios de primera calidad (Tier 1) se situaban a finales de septiembre en el 8,5 por ciento, por encima de sus objetivos, mientras que el ratio de deuda por acción estaba en el 15 por ciento, en línea con los límites internos de la entidad.

El porcentaje de recursos financieros disponibles en relación al capital bajó del 128 al 113 por ciento, pero sigue por encima del nivel 100 considerado de calidad AA. Según la entidad, la evolución del negocio entre julio y septiembre fue "sólida" teniendo en cuenta las circunstancias del mercado. Justificó las pérdidas estimadas para el tercer trimestre por la depreciación de sus activos, acciones y bonos sobre todo, pero también por la pérdida de valor de sus inversiones inmobiliarias, hasta un total de 1.600 millones de euros antes de impuestos.

También tuvo que elevar las provisiones para impago de créditos, lo que resultará en unas pérdidas netas en torno a 500 millones de euros aproximadamente. La situación actual de los mercados financieros "no tiene precedentes", destacó el consejero delegado de ING, Michel Tilmant, en un comunicado. Tilmant recalcó que su modelo de negocio es "sólido", pero hizo hincapié en que la crisis es de tal gravedad que hasta las compañías más saneadas están notando sus efectos. Dejó claro, en cualquier caso, que ING tiene una estrategia a largo plazo, un planteamiento del negocio disciplinado y una gestión de riesgos prudente.