Lejos de reducirse, los problemas del sector financiero mundial viven un nuevo resurgir en los primeros meses del año, coincidiendo con la publicación de los resultados anuales. El grupo holandés ING desveló ayer que el ejercicio pasado registró pérdidas por valor de 1.000 millones de euros, lo que le ha llevado a diseñar un drástico plan de recorte de gastos que incluye el despido de 7.000 de sus 130.000 trabajadores.

Fuentes del grupo en España afirmaron que la reducción de puestos de trabajo no afectará a las filiales de banca por internet (ING Direct) y seguros (ING Nationale Nederlanden), que aportan la mayoría de sus 1.800 empleados en España.