El propietario del Grupo Playa Sol (GPS), Fernando Ferré, dueño del 20% de las camas de hoteles de Ibiza, ingresó ayer en prisión provisional sin fianza tras recibir el alta hospitalaria. El empresario estaba ingresado tras su detención en el marco de la operación Trueno, acusado de falsedad documental, blanqueo y fraude fiscal de 14,5 millones de euros.

Ferré Cardó, de 66 años, y su hijo Fernando Ferré Garnacho, de 30, crearon un gigante hotelero en pocos años, con 70 establecimientos en Ibiza, Mallorca y Praga. La deuda del grupo es de 180 millones. La compañía no habría ingresado cuota alguna correspondiente al Impuesto de Sociedades ni al IVA durante años. La Fiscalía Anticorrupción también le imputa un delito contra los derechos de los empleados, por tener algunos en situación ilegal.