Las grandes marcas de ropa españolas han aumentado la presión sobre las fábricas de países emergentes, lo que ha provocado el trabajo a destajo y rebajas en los precios de hasta el 40%, según un informe de Intermón Oxfam presentado ayer.

La ONG da un suspenso a los cuatro grupos textiles más importantes de España (Inditex, Mango, Cortefiel e Induyco, proveedor de El Corte Inglés), aunque reconoce que algunos de ellos han mejorado su nivel de responsabilidad social. El director general de Intermón Oxfam, Ignasi Carreras, indicó que "las grandes marcas concentran un gran poder y exprimen a los trabajadores que se encuentran al final de la cadena, y que en su mayoría son mujeres".

Además, los clientes españoles exigen cada vez unos plazos de entrega más cortos.