Irlanda, uno de los países que más ha sufrido la crisis financiera, ha comenzado a transferir la cartera crediticia de más dudoso cobro de sus principales entidades financieras a una agencia pública. Como contraprestación por el uso de este banco malo , el Estado tiene previsto tomar una participación mayor en las instituciones.

El Gobierno, así, podría incrementar su presencia en el capital del Allied Irish Banks del 25% al 70%, y en el Bank of Ireland del 16% (tiene otro 25% de forma indirecta) al 40%, según informaciones de la prensa local. Los mercados reaccionaron a la noticia penalizando a las dos entidades. La primera se desplomó el 19% en la sesión bursátil, mientras que la segunda se dejó el 10,4% de su valor.

El diario The Irish Times apuntaba ayer que el Ejecutivo planea aplicar un descuento al valor de los activos transferidos al banco malo mayor del inicialmente previsto. Así, podría alcanzar entre el 35% y el 40%. El fondo público estará dotado con 54.000 millones de euros.

Las entidades también se han visto perjudicadas porque los inversores dan por sentado que el regulador financiero les va a obligar a aumentar sus niveles de capital. Los nuevos requisitos afectarán también al Anglo Irish Bank (nacionalizado el año pasado), el Irish Nationwide y el EBS. De entrar en vigor, obligarán a las entidades a captar 16.000 millones de euros.

Los dos grandes bancos del país --el Allied Irish Banks y el Bank of Ireland-- han anunciado que intentarán captar el capital de forma privada, según indicó la agencia Reuters. Pero las autoridades podrían imponer unos plazos demasiado estrictos, un hecho que les abocaría a recibir una mayor aportación pública y diluiría aún más la participación de los inversores privados.

El nacionalizado Anglo Irish Bank ya ha anunciado que necesita 9.000 millones de euros adicionales de las arcas del Estado. Irish Nationwide y EBS también han pedido más capital público. El regulador financiero ha dado de plazo a esta última entidad hasta finales de mayo para subir su solvencia.