El primer ministro italiano y ministro interino de Economía y Hacienda, Silvio Berlusconi, prometió ayer a sus socios comunitarios un duro ajuste presupuestario de 7.500 millones de euros (1,25 billones de pesetas) para escapar a una amonestación pública de la Unión Europea (UE) por el descontrol de las finanzas públicas de su país.

El Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de la UE consideró que ese compromiso de ajuste era suficiente para evitar que el déficit público italiano supere este año el techo máximo permitido del 3% del producto interior bruto (PIB). Los ministros se escudaron en ese compromiso para rechazar la propuesta de la Comisión Europea de formular el preceptivo aviso preventivo a Italia por el descontrol de sus finanzas públicas, tal como exige el pacto de estabilidad.

El Consejo de Ministros de la UE justificó este nuevo golpe a la ya maltrecha credibilidad del pacto de estabilidad con el argumento de que "debe tratarse a todos los países de la misma manera", en referencia al trato privilegiado que se dio a Alemania y Francia en noviembre del 2003. El insuficiente rigor presupuestario italiano forzó la dimisión del ministro de Economía, Giulio Tremonti, y ha abierto una crisis gubernamental.

RECORTES Y DEUDA El ajuste presupuestario prometido, que se aprobará en el plazo de 10 días, equivale al 0,62% PIB. De los 7.500 millones de euros, 4.200 millones se obtendrán mediante recortes estructurales del gasto público, otros 1.300 millones procederán de la reducción de exenciones fiscales a aseguradoras y entidades financieras y los 2.000 millones restantes se lograrán mediante la venta de inmuebles.

El Consejo de Ministros de la UE reclamó al Gobierno italiano "una aceleración en la reducción" de su deuda pública, que supone el 106% del PIB. Además, exigió a Italia la adopción de las medidas necesarias para garantizar que el déficit público se mantenga también por debajo del techo del 3% en el 2005, y advirtió de que cualquier reducción de impuestos debe financiarse con un recorte del gasto público, ahorro del mismo volumen.

El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, señaló que el ajuste prometido por Berlusconi es "más o menos" el que pedía la Comisión Europea. Pese a que el Ejecutivo comunitario fracasó nuevamente en su intento de hacer respetar el pacto de estabilidad, Almunia se declaró "satisfecho" y señaló que era más importante el haber logrado que Italia aplique un ajuste riguroso que conseguir la amonestación.

El vicepresidente económico, Pedro Solbes, reconoció que la advertencia preventiva a Italia estaba "absolutamente justificada", pero admitió que "todos los países debían ser tratados de la misma forma", por lo que secundó la posición mayoritaria. Solbes insistió en la necesidad de efectuar un seguimiento de la evolución de las finanzas públicas italianas en el 2004 y 2005.

EXPEDIENTE A GRECIA Por otra parte, el Consejo de Ministros no vaciló en abrir expediente por déficit excesivo a Grecia, Polonia, Hungría, República Checa, Eslovaquia, Chipre y Malta, ya que todos ellos tienen un déficit superior al techo máximo permitido, según explico el presidente de turno del Ecofin, el holandés Gerrit Zalm.