Japón, la segunda economía del mundo, anunció ayer la salida de la recesión más larga y profunda del país desde la segunda guerra mundial. Después de cuatro trimestres de depresión, el Gobierno japonés confirmó ayer que la economía nipona creció el 0,9% en el segundo trimestre del año en relación al primero y eso equivale a decir que el producto interior bruto (PIB) acumula un aumento del 3,7% en los 12 últimos meses. El tirón de las exportaciones (gracias a la demanda china) y los planes de rescate del Gobierno nipón (uno de los más ambiciosos del mundo, en apoyo de la industria local), han contribuido de forma decisiva al milagro japonés de la reciente primavera.

Japón se convierte así en la tercera potencia industrial en anunciar la salida de la crisis. El jueves pasado, Alemania y Francia fueron los primeros en avanzar un crecimiento, del 0,3%, durante el segundo trimestre. Más a la zaga sigue la primera economía del mundo, Estados Unidos, que, de momento, se tiene que conformar con una moderación en sus tasas negativas (el PIB estadounidense retrocedió el 0,3% en el segundo trimestre, tras haber caído el 1,6% en el primero). Y más atrás aún hay que buscar a España, cuyo PIB retrocedió el 1% durante la primavera, tras haber caído el 1,9% en el primer trimestre.

El primer ministro japonés, Taro Aso, que se somete a la reelección el 30 de agosto, celebró el dato de la salida de la recesión como un éxito de las medidas adoptadas por el Gobierno (por un importe cercano al 5% del PIB), para ayudar a las familias e incentivar la compra de vehículos locales. Más prudente, el ministro de Economía, Yoshimasa Hayashi, llamó a la cautela: "hay factores de riesgo, y debemos ser suficientemente conscientes de ellos", advirtió.

ESCEPTICISMO Junto a la depreciación del yen, la economía japonesa debe hacer frente a la persistente caída de la inversión privada y a un aumento del desempleo del 30% que ha situado la tasa de paro en el 5,4% de su población activa, cerca de su máximo histórico. Quizá por todo ello, el anuncio de la salida de recesión de la segunda economía mundial dejó fríos ayer a los mercados de todo el mundo, que no acaban de creerse la teoría de los brotes verdes .

Lejos de celebrar la noticia, la bolsa japonesa se hundió ayer el 3,10%, reflejando así el miedo que suscita la imparable depreciación del dólar frente al yen. Para una economía exportadora como la japonesa, la depreciación del dólar hasta los 94 yenes es interpretada como una amenaza para sus empresas electrónicas y automovilísticas.

En Europa, y a pesar de los buenos datos alemanes, la cancillera Angela Merkel opinó ayer que los síntomas de mejora de la economía internacional son apenas unos "brotes de esperanza" ante los que no hay que reaccionar con una "euforia prematura" ni dar por superada la crisis. En un discurso sobre las soluciones a la crisis, Merkel expresó su preocupación por la "reaparición de la vieja arrogancia" del sector bancario y opinó que el objetivo es dar con unas reglas internacionales para hacer frente al "potencial extorsionador" de ciertos actores del mercado.

CAE MENOS LA FACTURACION Mientras, en España, el Instituto Nacional de Estadística (INE) dio ayer datos sobre la industria. Según el INE, la cifra de negocio cayó el 20,8% el pasado mes de junio en comparación con el mismo mes del 2008, y las entradas de pedidos retrocedieron el 22,2% en tasa interanual. El retroceso de junio en ambos indicadores (facturación y pedidos) fue inferior a la de mayo.