Mensaje de confianza y tranquilidad. Esto es lo que quiso transmitir ayer Steve Jobs, fundador y presidente de Apple, tras los rumores desatados por su ausencia en la tradicional presentación inaugural de la compañía en la feria Macworld, que se celebrará esta tarde en San Francisco y que han hecho caer a la compañía en la bolsa. Jobs admitió sus problemas de salud, pero aseguró que continuará al frente de la compañía porque su pronóstico de recuperación es lo suficientemente bueno como para seguir en el cargo durante este tiempo.

En una carta pública, el fundador de Apple --que fue operado de un cáncer de páncreas hace cuatro años-- asegura que el origen de su mal está en "un desequilibrio hormonal" que le ha hecho perder peso de forma alarmante en los últimos meses. Jobs asegura que el remedio para lo que califica de "problema nutricional" es "relativamente simple y directo", y anuncia que, aunque ya ha comenzado el tratamiento, no estará plenamente recuperado hasta "finales de esta primavera". Pero el verbo delegar no es uno de los favoritos del presidente de Apple, según sus colaboradores, que dicen que insiste en llevar personalmente las negociaciones importantes.