Nosotros tenemos nuestro presupuesto, son nuestras bases y ahora es el Estado el que tendrá que corregir en función de las variables que se están estableciendo tanto en crecimiento como en las cifras definitivas de déficit, por lo que tendrá que corregir estimaciones para adaptarlos a los requisitos que se exigen, y eso provoca un efecto en cadena en las comunidades autónomas". Con estas palabras, la vicepresidenta extremeña y consejera de Empleo, Cristina Teniente, reconoció ayer que la Junta deberá cambiar (será a la baja) su presupuesto para este año, aprobado el pasado 17 de enero en la Asamblea de Extremadura y que asciende a 4.927 millones; un 5,3% menos que las cuentas del 2011. La razón de esta modificación es el déficit generado durante el año 2011, y que sitúa a la región como la segunda con mayor desequilibrio entre ingresos y gastos, con un 4,59% (dos puntos más que el registrado en el 2010). El presidente extremeño, José Antonio Monago, dio ayer en Madrid su receta para ajustar los presupuestos: contener más el gasto corriente.

PSOE y PP se cruzaron acusaciones a la hora de buscar culpables. "Ahora se lavan las manos y dicen que la culpa la tenemos los demás, son capaces de decir una cosa y la contraria", comentó ayer el líder socialista, Guillermo Fernández Vara, que señaló que el Ejecutivo regional "faltó a la verdad" cuando en agosto aventuró un déficit al final del pasado año del 6,8% "y pintó un escenario mucho peor para dar a entender que ha sido fruto del esfuerzo que han llevado a cabo". Sin embargo, para Teniente, el expresidente de la Junta "tiene la mala costumbre de acusar a los demás de sus propios errores" e indicó que el "ejercicio de ilusionismo para ocultar" el déficit lo ha hecho "sólo" el anterior gobierno socialista. Mientras tanto, el presidente extremeño, José Antonio Monago, aseguró que si su gobierno no hubiera actuado desde el "minuto cero" con criterios de austeridad y "sentido común", el déficit hubiera sido del 7%.

Lo cierto es que el Ejecutivo autónomico está pendiente del Gobierno central para que ordene las directrices de cómo hacer frente en las cuentas aprobadas en enero a esta situación de déficit, de dónde recortar para acercarlas lo máximo posible a los objetivos marcados para el conjunto de las comunidades autónomas. Por ello, la vicepresidenta extremeña no quiere desvelar en qué medida se puede ver afectado el presupuesto regional, porque aún no lo ha concretado el Estado. "Es muy aventurado ahora decir nada porque sería adelantarnos a las propias estimaciones del Estado, que tendrán que venir en su momento", comentó. En todo caso, fuentes de la Consejería de Economía y Hacienda apuntan que la Junta "se reafirma en su compromiso no sobrepasar en el año 2012 el déficit máximo legalmente permitido, del 1,3%, como ha reflejado en sus presupuestos para este año".

Todo llega después de que se haya conocido que Extremadura cerró el 2011 con un déficit del 4,59%; solo por detrás de Castilla-La Mancha (7,3%), y que el conjunto de las autonomías lo hicieron con un desequilibrio presupuestario del 2,94% (cuando lo previsto era del 1,3%). Además, el conjunto de las administraciones públicas registraron un saldo negativo en sus cuentas del 8,5% del PIB (la previsión era cerrar con un 6%).

Ante esta situación, la Junta reconoce que las cifras "son malas" pero defiende que es dos puntos menos de la previsión que hizo en agosto pasado.