La ley de la dependencia, que el Gobierno prevé aprobar antes de acabar el año, abrirá un nuevo negocio en el mercado financiero español. Los instrumentos destinados a convertir la vivienda propia en una renta o pensión gozarán de un amplio campo de expansión. La hipoteca inversa, una de estas herramientas, es, en principio, la más beneficiada, ya que disfrutará de ventajas fiscales en la futura nueva ley del impuesto sobre la renta (IRPF), tal como pactaron recientemente el PSOE y CiU.

Este tipo de hipoteca está llamada a convertirse de hecho en uno de los pilares de la cofinanciación del sistema nacional de dependencia, según las previsiones del Gobierno. Otro elemento serán los seguros de dependencia, que distintas compañías ya han puesto en el mercado.

Se estima que en España, dentro de los 7,5 millones de pensionistas, hay unas 2,7 millones de personas con algún tipo de impedimento en su autonomía o de discapacidad para desarrollar actos esenciales de la vida diaria (dependientes).

PARA GENTE MAYOR En todo caso, la hipoteca inversa "es el instrumento más fácil de entender para personas mayores y está especialmente pensada para personas de 70 a 75 años, con una esperanza de vida de 10 a 15 años", explica Albert Vergés, director de Edad y Vida, que agrupa a empresas vinculadas al negocio de la tercera edad. Ibercaja es una de las entidades que vende este tipo de producto y La Caixa también ofrece instrumentos de este tipo, pero sólo a clientes que los solicitan.

La proposición acordada entre socialistas y convergentes se compromete a establecer un "tratamiento fiscal favorable de los actos y negocios jurídicos orientados a facilitar la movilidad y liquidez del patrimonio de las personas físicas con el objetivo de contribuir a la cobertura de las necesidades derivadas de los problemas por dependencia y envejecimiento".

UN 87,2% EN PROPIEDAD La petición parte de una realidad: el 87,2% de los mayores de 65 años cuentan con una vivienda en propiedad y, además, pagada en el 68,9% de los casos, con independencia del nivel de renta, según los datos del Instituto Nacional de Estadística. Son proporciones que están por encima de la media de la población y patrimonios que generan gastos que podrían ser "un excelente activo para ayudar a pagar los gastos de dependencia en caso de necesidad", según la proposición del PSOE y CiU.

El problema de los mayores no es de patrimonio, sino de renta. Edad y Vida reclama primar fiscalmente no sólo la hipoteca inversa, sino otras modalidades dirigidas a transformar el patrimonio inmobiliario de los jubilados en rentas. Son necesarias ventajas fiscales para que los productos sean más atractivos y una regulación legal para que se sientan "más seguros quienes los compran y también quienes los comercializan", dice Vergés.

Las ventajas fiscales deben ir dirigidas, según este organismo, a que "los ingresos que se perciban queden exentos de IRPF". En opinión de Edad y Vida, estas rentas "no son una manifestación de riqueza, sino la conversión de unos activos de naturaleza inmobiliaria en un flujo de ingresos periódicos que se dedican a financiar situaciones de necesidad de los mayores".

PACTO CON LAS AUTONOMIAS Aunque el Gobierno logre cerrar esta semana con los sindicatos y con los empresarios el complejo texto legal que pondrá en marcha el nuevo Sistema Nacional de Dependencia, la norma requerirá un reglamento que la desarrolle y un régimen de financiación que deberá pactarse con las comunidades autónomas.

El problema del nuevo sistema será su financiación. El coste estimado para el año 2015 es de 10.000 millones de euros. Los sindicatos proponen que, en un principio, la parte que debe aportar el Estado corra a cargo de los superávits generados por la Seguridad Social para que, poco a poco el sistema pase a financiarse vía impuestos.