La Asociación Hipotecaria Española (AHE), que representa al sector bancario, critica que la nueva ley hipotecaria, en fase de tramitación parlamentaria, dificulta el desarrollo de las hipotecas de tipos de interés fijos y mixto. Hasta ahora alejadas de las preferencias de los usuarios, era una de las razones por las que el Ejecutivo decidió modificar la ley. España es uno de los pocos países de la UE en el que el peso de las hipotecas a tipo variable es abrumador con respecto a las fijas. La razón es que las últimas son más caras para los clientes.

La AHE se queja de que en la reforma no se siga el consejo del Fondo Monetario Internacional (FMI) para que "las autoridades eliminen los límites a las comisiones que aplican las entidades de crédito por amortización anticipada y por cambios de préstamos de tipo fijo a variable". Para la asociación, la clave para que la ley tenga sentido práctico está en la amortización anticipada. La normativa introduce una franquicia de 12 meses para cancelaciones de forma anticipada sin coste.

La AHE argumenta que los bancos solo pueden dar créditos competitivos si cubren su coste en los mercados financieros en el momento de constituirlo, es decir, si las condiciones se modifican por la introducción de la franquicia, saldrán perdiendo. "La única forma de compensar la pérdida será trasladándola al coste inicial de préstamo a todos los clientes de hipotecas", dicen fuentes de la AHE.