Liberbank aprobó ayer la fusión por absorción del Banco de Castilla-La Mancha, entidad a la que se traspasó el negocio de CCM, la Caja de Castilla La Mancha, tras su intervención en marzo de 2009 y posterior adjudicación en subasta a la asturiana Cajastur.

A finales de marzo de 2009, el Banco de España intervino CCM, la primera caja que caía en esta crisis, y la adjudicó en subasta a Cajastur con un esquema de protección de activos (EPA) de unos 2.475 millones para cubrir el riesgo de una cartera crediticia de unos 7.000 millones.

El Fondo de Garantía de Depósitos era el encargado de responder por las pérdidas que afloraran hasta un máximo de 2.475 millones de euros y con la fecha límite del 31 de diciembre de 2016.

Entre medias, Cajastur-Banco CCM creó con Caja Cantabria y Caja Extremadura el grupo Liberbank, en el que se integraron, aunque hasta que no terminó la vigencia del esquema de garantías y se liquidó el mismo no estaba despejado el camino para proceder a una fusión plena.

El pasado año, tras asumir Banco CCM las pérdidas, llevar a cabo una ampliación que redujo su capital a cero, Liberbank pasó a ser el accionista único de la entidad, lo que ha hecho a su vez más sencilla la fusión por absorción. Ahora solo queda que la junta de accionistas de Liberbank apruebe la operación.