El Foro Económico de Davos cerró ayer la edición más pesimista de su historia con un mensaje de alerta máxima, ya que la severa crisis económica que sacude a las principales economías del planeta podría generar reacciones sociales violentas y el resurgimiento del nacionalismo empresarial y el proteccionismo comercial mediante políticas nacionales de sálvese quién pueda.

El fundador del Foro Económico Mundial, que se celebra en Davos (Suiza), Klaus Schwab, dijo que, sin duda, esta edición ha sido la más oscura desde el punto de vista económico, pero quiso aportar un contrapunto optimista apelando a la capacidad para salir de la crisis.

Mensaje que muestra la confianza absoluta, casi irreal, del foro en el nuevo presidente de EEUU, Barack Obama, quien acuñó en su campaña electoral el eslogan: "Sí, podemos" (Yes, we can). Sin embargo, los líderes políticos y económicos reunidos en Davos no han dudado de que la crisis económica, originada por la crisis financiera anterior, tendrá consecuencias sociales y políticas.

MILLONES DE PARADOS En el Foro Económico Mundial ha quedado claro que las reducciones de empleos van a ser inevitables, por lo que parecen también inevitables estallidos y reacciones sociales violentas contra el capitalismo. Esta semana se ha dado a conocer el recorte de unos 150.000 empleos por los pésimos resultados de las grandes empresas internacionales. Se baraja la cifra de que la crisis, que ha arrastrado el crecimiento económico al nivel más bajo desde la segunda guerra mundial, podría dejar 50.000.000 de nuevos desempleados en el mundo.