El gobernador del Banco de España certifica en el Senado que "el contagio" de Irlanda "se ha extendido" por los países periféricos, incluida España. La bolsa española anota este día la mayor caída de la zona euro (el 3%); el diferencial entre el bono español a 10 años y el alemán alcanza su peor registro desde la entrada del euro y el Tesoro tiene que pagar casi el doble que el mes anterior para colocar sus letras a tres y seis meses.

Desde el punto de vista del gobernador, la responsabilidad del Ejecutivo para frenar el contagio pasa ahora por transmitir "firmeza" en las reformas y en la reducción del déficit. Para lo primero, juzga imprescindible poner en marcha la reforma laboral y abordar "de manera inmediata" la reforma de las pensiones. Para lo segundo, reclama mayor transparencia y disciplina en los presupuestos de las autonomías.

Dos días después, el vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia admite en la SER "dudas sobre España" y su capacidad de aplicar las reformas emprendidas, por lo que pide "determinación" para despejarlas cuanto antes. Representantes de la banca hacen sonar la alarma sobre una situación de precolapso de liquidez en el sector financiero. Los mercados se cierran como una ostra. No hay dinero para las empresas ni los bancos españoles. "El Gobierno tiene que reaccionar como en mayo", reclama José Luis Malo de Molina (Banco de España).

Desde el Gobierno se insiste en que los planes de ajuste adoptados y las reformas en marcha son suficientes para cumplir los objetivos de consolidación presupuestaria (el 6% del PIB en el 2011). "Las medidas están ahí, solo hay que aplicarlas", se insiste. Pero la sensación de inmovilismo es creciente.

Mientras, en Berlín, la cancillera Angela Merkel, vuelve a echar gasolina al fuego al insistir en que los inversores privados deberán asumir parte del coste del rescate de un país a partir del 2013, cuando entre en vigor el nuevo fondo europeo de emergencias. La prima de riesgo de Irlanda, Portugal y España acusan el golpe y se disparan.