Los reguladores financieros del Reino Unido han decidido poner en venta la mayor caja de ahorros escocesa y número 12 británica, Dunfermline, después de que esta registrara pérdidas millonarias que la llevaron a la quiebra, informó ayer la BBC.

El Banco de Inglaterra, la Autoridad de Servicios Financieros (FSA) y el Gobierno británico, que juntos regulan el sector, han optado por ofrecer la entidad al mercado tras descartar nuevos planes de ayuda, por considerar que esas inyecciones no serán suficientes para salvar la caja, según el primer ministro escocés, Alex Salmond.

Las autoridades reguladoras han concluido que ya no es viable un rescate, ya que solo pospondría la eventual puesta a la venta de la caja que, según se prevé, anunciará en los próximos días pérdidas equivalentes a unos 28 millones de euros.